El pasado viernes 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente. Es la fecha que las Naciones Unidas han escogido para año tras año fomentar la conciencia sobre el cuidado del planeta y empujar a políticos y organizaciones a enfocar su lucha en este objetivo común que pasa por la acción individual a través de la reflexión de nuestro propio estilo de vida y costumbres de consumo.
Son muchos los artistas que han dedicado su trabajo a esta causa y que a través del mismo denuncian el sistema consumista y generador de residuos en el que vivimos y nos llevan a una forzosa reflexión con la que pretenden provocar una respuesta directa en el espectador. Hacemos una recopilación de algunos de los artistas que encabezan esta lucha y reunimos algunos de sus trabajos más representativos.
Jorge Rodríguez-Gerada
Artista y activista, el cubano americano Jorge Rodríguez-Gerada (Santa Clara, Cuba, 1966) residente en Barcelona, centra su trabajo en torno a temáticas sociales contemporáneas, acercándose a comunidades locales a través de su trabajo y buscando provocar factores de cambio. A lo largo de su extensa carrera como artista ha realizado trabajos en defensa del medio ambiente como su mural ‘Promise’ en Turín en un proyecto junto con las Naciones Unidas sobre los ‘Objetivos y metas de desarrollo sostenible para el 2030’. «Pinté ‘Promise’ representando el objetivo global número 7 para concienciar sobre la necesidad de asegurar el acceso a una energía sostenible y asequible para todos. La pieza alude a la importancia de actuar ahora para asegurar un resultado positivo más adelante. Debemos pensar en el futuro del planeta y en las condiciones medioambientales que las nuevas generaciones van a heredar. A día de hoy todavía un billón de personas no tienen acceso a electricidad», dice Gerada. ‘Perpetual Flow’ es otro de los proyectos del artista, en el que en una superficie de hasta 37.500 m2 en pleno desierto marroquí en Ouazarzate y a través de una pieza de ‘land art’, trazó unas enormes manos entre las que fluía el agua con 36 toneladas de gravilla simbolizando la capacidad de reutilizar el agua para crear un cinturón verde alrededor de la ciudad para protegerla de las tormentas de arena. Merece la pena indagar en el trabajo de este artista reconocido mundialmente y escuchar lo que tiene que decir.
Bordalo II
El artista Artur Bordalo (Lisboa, 1987), más conocido como Bordalo II, en honor a su abuelo también artista, realiza un ejercicio sobre el espacio público a través los residuos que se encuentra en él. Una crítica al consumismo y la producción de basura que destruye nuestro planeta son las principales líneas de su trabajo que desarrolla desde Portugal, poniendo contra las cuerdas a esta sociedad codiciosa y materialista de la que el también, como todos, reconoce que forma parte. En su propia web tiene un contador del material reutilizado con el que ha trabajado hasta el momento, por ahora: 62 toneladas desde 2012. Tucanes, osos panda, lémures, chimpancés, felinos… Su ‘trash art’ de animales a gran escala hechos en relieve con cables, tuberías, piezas de muebles rotos o chapas de coche encontradas en las calles y en vertederos públicos cercanos al lugar donde realiza la intervención han dado la vuelta al mundo y son una bofetada directa que nos lleva a reflexionar sobre la sociedad del ‘usar y tirar’ en la que vivimos.
Sixe Paredes
«El deber de los artistas es aportar su granito de arena y hacer una reflexión a través de nuestro trabajo para que a la gente le quede cada vez más impregnada la idea de que tenemos que hacer algo nosotros diariamente y no solo los gobiernos», dice Sixe Paredes (1975, Barcelona) durante la conferencia que dio sobre ‘Dualismo climático’ durante la pasada feria Urvanity Art 2020. En su última exposición para el centro de arte CEART de Fuenlabrada Sixe presentó ‘Circulo sagrado’, un trabajo monocromático lejos de los colores con que nos tiene acostumbrados, y donde únicamente usó el colores azul y verde representando la hidrosfera y la biosfera. «Con mi lenguaje hablo de la minería ilegal que intoxica a la selva con mercurio, la deforestación, la destrucción del planeta e hice dos vídeos para ayudar a entender las propias pinturas», continúa Sixe. «Mi trabajo siempre ha tenido mucho que ver con la naturaleza, los animales, las montaña… Llevo hablando desde hace tiempo del respeto a la naturaleza. Creo que todavía se le podría dar mas importancia a esta problemática y tengo la impresión de que no hay mucha gente hablando lo suficiente».
Laurence Vallières
Muy en la línea del trabajo desarrollado por Bordalo II, la artista canadiense Laurence Vallières (Quebec, 1986), crea sus esculturas con el cartón desechado que recoge en las calles de las ciudades a las que viaja para darle forma y crear esculturas generalmente de animales. Un trabajo en el que critica a la sociedad consumista a través de los deshechos que generamos y que recupera para darle una segunda vida como bustos de caza de cartón de osos, gorilas o Mickey Mouse además de esculturas a gran escala como la última que realizó de un triceratops de 6 metros de longitud durante la feria de Urvanity Art 2020 y que expuso en el jardín del COAM en Madrid. Además de los animales en el pasado ha desarrollado otras líneas como las de armas con rifles de asalto de cartón con marcas de multinacionales impresas en el cartón y recientemente está trabajando en toys de dibujos animados como piolín, el pato Lucas, Pikachu o Mario Bross. Pone su voz a través de ellos lanzando una crítica a las políticas medioambientales y a nuestro comportamiento en una sociedad que no mira hacia el futuro.
Sean Yoro aka Hula
Sean Yoro aka Hula (Hawaii, 1989) es el nombre por el que se conoce a este artista que junto con su hermano gemelo Kapu es una de las dos patas del proyecto Kapu Collective en el que exploran los límites del arte en la naturaleza. Este dúo combina sus talentos, del primero como artista plástico y visual y el segundo como fotógrafo y creativo para crear y capturar diferentes formas artísticas en los medios más inusuales. Amantes de las olas y el fondo submarino han desarrollado obras murales a ras del agua que Hulu pinta subido a una tabla de surf agarrada con cuerdas a la superficie a intervenir e incluso obras bajo el mar gracias al aprendizaje de técnicas de free diving como hizo con el proyecto “Deep Seads”. Sus obras tienen siempre una carga que nos lleva a reflexionar y crear conciencia sobre las sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente y siempre utilizando pinturas eco-friendly. «Para el Día de la Tierra quise enfatizar sobre las devastadoras noticias a cerca de las rupturas de glaciares y la pérdida de hielo en el ártico durante los últimos seis meses. Algunas de mis obras están inspiradas en la ayuda urgente que necesitan nuestros océanos sobre una larga lista de problemas que van desde la sobre pesca, la contaminación de los mares o la muerte de las barreras de coral», dice Hula.
Grip Face
«Al venir yo de una isla de Mediterráneo el tema del plástico es un tema que me preocupa bastante. Ver el proceso de destrucción de un territorio, el balear en concreto, y ver la cantidad de contaminación plástica que va en aumento año tras año me ha llevado a hacer estudios de campo para adaptarlo a mis proyectos, conceptualmente darle forma y traerlo a mi discurso», dice el artista mallorquín Grip Face (Palma de Mallorca, 1988), también durante la charla celebrada durante Urvanity Art 2020 sobre arte y medio ambiente. «El proyecto “Black Rubbish is the Future” arrancó con una noticia que leí en la prensa que preguntaba a las nuevas generaciones de padres sobre el futuro de sus hijos de cara a la crisis climática global. Las respuestas eran todas bastante neutrales, sin mayor preocupación sobre el tema y eso me impactó. Quise hacer una serie de intervenciones convirtiendo a un preadolescente del futuro fusionado y mutado con la basura plástica. Hice un corto sobre este tema y en los últimos meses he estado trabajando en un documental largometraje sobre ello», dice sobre el corto de vídeo. «“Not Rented to Humans” es otro proyecto que hice el año pasado en un espacio que llevaba muchos años documentando. Al estar varios días en ese lugar me di cuenta que al no existir a penas vida humana durante al menos tres décadas la vegetación había invadido el lugar. Me gustó mostrar ese puente entre los lugares súper habitados y los despoblados y de eso trata el vídeo», continúa. «Estos proyectos me ayudan a hacer cambios primero sobre mí mismo antes de dogmatizar a los demás. Es muy difícil no ser contradictorio con uno mismo, y siempre entra en cuestión el tema de la industria y los proveedores de materiales y la pintura con los que uno trabaja, que son los primeros que tienen que hacer un esfuerzo en la reducción de materiales tóxicos. Por nuestra parte tenemos la responsabilidad de empujar para que eso ocurra. Cualquier esmalte o pintura que uses tiene una huella», concluye el artista mallorquín.
Luzinterruptus
Luzinterruptus es un colectivo artístico anónimo que tal y como ellos dicen realizan «pequeñas instalaciones de guerrilla, sin muchas pretensiones y con más ingenio que medios, en las que podemos hablar más libremente de lo que nos interesa y en el formato que nos apetece», dicen en su web. ¿Su objetivo? Arrojar luz (y nunca mejor dicho) sobre problemáticas medioambientales mediante acciones en el espacio público, aunque en ocasiones, las acciones que llevan a cabo son puramente estéticas y pretenden sacar del anonimato lugares especiales u objetos que al azar desean otorgarles un valor artístico. Durante la última Cumbre del Clima celebrada en Madrid en 2019 llevaron a cabo la instalación ‘Muerte por plástico’ en el mismo lugar donde esta se celebraba: «Para la pieza creamos una piel de tela transparente que rellenamos de basura plástica. Fue fácil, solo tuvimos que salir a recolectar plástico desechado durante el periodo de las compras navideñas. Curiosamente, en ninguna tienda dispensan ya bolsas de plástico, mientras que por la puesta de atrás tiran toneladas procedentes del envoltorio de los productos». También el proyecto ‘Dibujando la sequía’ sobre el embalse de La Jarosa, a las afueras de Madrid, ha sido uno de los últimos que han realizado para llamar la atención sobre cómo la falta de lluvias y las altas temperaturas del verano pasado hizo que su capacidad se viera reducida dramáticamente. «Trazamos un círculo de unos 10 metros de diámetro y fuimos rellenando las grietas provocadas por la sequía con finas tiras de luz. Dejamos el círculo encendido hasta que fue noche cerrada y finalmente lo recogimos sin dejar rastro». Una de sus obras más conocidas, ‘Laberintos de desechos de plástico’ ha dado la vuelta al mundo y ha viajado de Madrid, donde estuvo en la plaza Mayor en 2017 hasta a Buenos Aires en 2018.