A los pies del puente de los Invalidos y justo frente al Grand Palais, la primavera pasada bajaba el ancla y abría las puertas Fluctuart, un centro cultural flotante dedicado al arte urbano en París. Nicolas Laugero-Lasserre (Niza, Francia, 1975) es uno de los socios fundadores y director artístico de este proyecto ubicado sobre las aguas del río Sena. Pero Fluctuart, es uno más de todos los proyectos en los que está involucrado. Apasionado del arte y el coleccionismo desde hace más de 25 años, Laugero-Lasserre es el director de la Escuela de gestión del mercado cultural y del arte ICART y el fundador de Artistik Rezo: una galería en el 11eme de París que lleva por bandera una política de precios accesibles para atraer nuevos coleccionistas, un club de arte y al mismo tiempo un medio de comunicación. En su colección atesora más de 700 piezas entre obras originales y serigrafías donde no faltan Swoon, Bault o Monkeybird, y en 2013 decidió llevar al ‘École 42’, una escuela dedicada a la formación en informática, gran parte de esa colección de manera permanente y abierta al público, además de al espacio de Fluctuart junto a piezas de otros coleccionistas para tratar de contar entre todos ellos la historia del arte urbano. Su último proyecto lo lleva a cabo en un refugio parisino para gente sin hogar, donde ha llevado a casi una decena de artistas para pintar sus paredes. ¿El nexo en todos sus proyectos? Promover un arte más accesible para todo el mundo. Hablamos con el para conocer su colección desde dentro, sus inicios, sus últimos proyectos personales y alguna de sus últimas adquisiciones.
¿Cómo comenzó tu interés por el arte?
Llegué a París a principios de los años 90 y empecé a descubrir muchos artistas en las paredes de la ciudad, sobre todo en las calles del área de Butte-aux-Cailles. Me sorprendió mucho todo este tipo de arte, gratuito, accesible, tan colorido… En ese momento, no estaba iniciado en el mundo del arte, y pensé que el arte urbano era un medio muy agradable para gente como yo. Poco a poco empecé a reconocer el trabajo de artistas que había visto en las calles dentro de las galerías y empecé a comprar algunas piezas en una época en la que el arte urbano era bastante desconocido. ¡Sólo existían dos galerías especializadas!
¿Cómo definirías tu colección?
Principalmente compro arte urbano. Los artistas callejeros comparten su visión personal de la sociedad, del mundo de hoy. Trato de centrarme en su singularidad para promover una variedad de mensajes. Pero también me gusta mucho el Arte Contemporáneo y el antiguo, siempre y cuando tenga algo que decirme. Realmente cuando compro obras de arte sigo mi corazón, mis flechazos.
¿Cuáles son los artistas que más se repiten en tu colección?
Tengo muchas piezas de artistas que apoyo desde Artistik Rezo, mi galería en el barrio 11 parisino como Bault, Erell, Madame, MonkeyBird…
¿Cuál fue la primera pieza que adquiriste cuando comenzaste a coleccionar?
Fue una pintura sobre cartón de la Miss Tic, que decía «Le soleil nous laisse à des jours plus vieux» («El sol nos deja a los viejos tiempos»).
¿Y la última?
Una de las últimas fue una gran pintura de Bault, «The Ramen», que compré en una feria. La riqueza de detalles, los colores son impresionantes y muy significativos.
¿Hay alguna pieza en tu colección a la que le guardes especial cariño?
Una de mis obras favoritas es de Jacques Villeglé, uno de los primeros artistas urbanos en hacerse conocido en Francia. La creó en 1975 y está hecha con carteles rotos, es como parte de la historia de Francia.
¿Aproximadamente cuántas obras de arte tiene en su colección?
Tengo alrededor de 700 obras, incluyendo muchas serigrafías.
¿Quién dirías que es uno de los artistas más valorados para tener en una colección hoy en día?
Soy un gran fan de Banksy, a mi me parece un genio. Lo que más me gusta de su trabajo es que siempre sorprende: viene donde y cuando nadie lo espera y siempre trae un mensaje muy potente y poderoso.
Además de coleccionar, ¿desarrollas alguna labor de mecenazgo?
Principalmente compro arte siguiendo mi corazón, pero me encanta apoyar a los artistas jóvenes. Hace unos años, descubrí el Obvious Paris Collective. Crearon una de las primeras obras de arte de inteligencia artificial. Estaba literalmente fascinado por su proyecto y decidí apoyarlos, aunque este no sea mi mayor dominio. Me gustó su aspecto disruptivo, rompe los códigos de todo lo que estamos acostumbrados en el mercado del arte. Me pareció increíble que estos jóvenes construyeran un programa que permitiera crear una obra de arte original, basada en una selección de las mejores piezas de la historia del arte. Me gusta apoyar las innovaciones y a la gente que cree en sus sueños. Si puedo ayudarles a alcanzarlos entonces trato de hacerlo.
¿Cuál es tu forma habitual de adquisición de obra?
La mayoría de las veces compro en galerías o en subastas. También compro obras directamente de los artistas cuando aún no están representados por una galería.
¿Te convence la compra de arte online?
Ya he comprado en línea anteriormente y me conviene cuando ya conozco el trabajo del artista, si no es más difícil, prefiero verlo en la vida real. En realidad depende del artista y de la pieza.
¿Quién ha sido tu último descubrimiento artístico?
Conozco el trabajo de Swoon desde hace mucho tiempo, pero el año pasado la conocí por la exposición que organizamos en Fluctuart. Fue la primera exposición de este proyecto y me enamoré. Es una persona muy conmovedora y con un trasfondo fascinante. Construimos lazos muy fuertes. Su manera tan personal de ver la vida y el arte me dicen mucho.
De tu colección de arte ¿tienes alguna parte de ella expuesta al público?
No quiero mantener mi colección de arte para mí, precisamente lo que quiero es que todo el mundo tenga acceso al arte. Por eso creé Art42 en 2016: es lo que alguien llamó una vez un «anti-museo», porque está alojado en una escuela (llamada 42 y creada por el mega empresario Xavier Niel). Hay alrededor de 200 obras de arte colgadas allí, lo que permite que todos los estudiantes las tengan a su alcance en cada una de sus plantas. También presentamos dos veces al mes etsas piezas de arte al público. Otras de mis obras de arte también se muestran en Fluctuart, junto a las de otros coleccionistas.
¿Mantienes una relación cercana con otros coleccionistas o asociaciones?
Por supuesto, algunos de ellos son amigos cercanos. Participé en más de 50 exposiciones de arte urbano, y a veces con otros coleccionistas. En la planta principal de Fluctuart exhibimos nuestra colección permanente, la que explica la evolución del movimiento de arte urbano. Llamamos a diferentes coleccionistas para contar una historia más rica y completa.
¿Dirías que estás más interesado en artistas emergentes o más consagrados?
Me encanta descubrir artistas emergentes y apoyar su evolución.
¿Cómo planteas el futuro de tu colección?
Por el momento y con el fin de llevar el arte a todas partes, he empezado a colaborar con uno de los primeros refugios parisinos, “La Mie de Pain”, hace ya un año. Es un refugio para personas sin hogar que les ayuda a salir adelante. Ya he invitado a casi diez artistas a pintar dentro del edificio, y me gustaría seguir desarrollando esta iniciativa. También he llevado allí algunas obras de mi colección porque realmente creo que el arte puede cambiar la vida de la gente.
¿Qué aconsejarías a un joven coleccionista con presupuesto limitado?
El mejor consejo que puedo dar es mantener la curiosidad y seguir el instinto de cada uno más que el mercado. Como varía cada día, el instinto es a veces más sabio. Para disfrutar sólo hay que empezar a hacerlo sin tener miedo de cometer errores. En la Galería Artistik Rezo, hemos elegido tener precios accesibles, para ayudar a la gente que le gusta el arte a poder adquirirlo fácilmente: ¡es posible disfrutar del arte sin ser rico!