Hablar con Óscar Hormigos (Madrid, 1973) podría plantearse como un viaje al futuro: creación de arte a través de inteligencia artificial a tiempo real, venta de ‘crypto art’ en plataformas digitales, evolución del arte generativo… Pero nada más lejos de la realidad: el futuro ya está aquí y se presenta dentro del arte contemporáneo con un infinito abanico de formas, texturas y herramientas que las nuevas tecnologías y ‘new media’ proveen a sus artistas. Emprendedor desde sus inicios, sus aventuras con su socio y amigo David Cantolla, coleccionista y fundador de Colección SOLO junto con su mujer Ana Gervás, comenzaron en 2010 cuando crearon la aplicación Wake App! y el proyecto The App Date. Poco después fundó la incubadora de proyectos de realidad virtual The VRain y hoy Hormigos es el director del programa Onkaos dentro de la Colección SOLO, desde el que representan y apoyan la labor de artistas ‘new media’, y que combina con su tarea de Director de Desarrollo de la Colección. Los códigos y algoritmos se han convertido en la nueva herramienta de trabajo de artistas contemporáneos que juegan con la realidad aumentada, el arte sonoro o la inteligencia artificial y que espacios como la Colección SOLO, interesado en nuevas narrativas artísticas, acoge para contar la historia de nuestro tiempo a través del arte contemporáneo.
¿De qué manera surge Onkaos dentro de la Colección SOLO?
Cuando David Cantolla y Ana Gervás comenzaron la colección, lo hicieron introduciendo desde el principio piezas digitales. Empezaron entendiendo que en esa inquietud que tienen por aportar en la carrera de los artistas a través de esa labor de mecenazgo, en el caso de los artistas ‘new media’, existe la singularidad de que estos tenían mayores retos. Se sumaba no solo el tener que salir adelante con su visión, si no que la tecnología conllevaba retos de I+D, otros estratégicos… Se necesitaba un foco más concreto sobre este tipo de artistas. Onkaos forma parte de lo que es Colección SOLO pero hemos puesto otro nombre por que asumimos otros roles y nos viene bien diferenciarnos.
¿Qué peculiaridades habéis encontrado en este mercado?
Además de los retos que mencionaba de estrategia o I+D, reconocimos la dificultad de acceso de este tipo de arte al mercado del arte, a las galerías… No es fácil coleccionar el arte digital, surgen muchas dudas sobre el mantenimiento, la durabilidad… Tenía todo el sentido que Onkaos pudiera hacer de agente de los artistas con esta idea de ayudarles en todo el proceso que va desde proveerles con financiación, a ayudarles con la estrategia de marketing, en temas legales, e incluso conceptualización.
¿Qué entra dentro del ‘saco’ de lo que hoy se considera artistas ‘new media’?
Son artistas que utilizan tecnología y entran dentro de una categoría del arte digital. Sin embargo, a nosotros nos parece que más que terminología “digital” debería utilizarse “nuevas tecnologías” por que el arte digital se queda con una tecnología un poco antigua con respecto a los nuevos medios. En el ámbito que estamos actuando ahora mismo abarcamos el arte digital pero incluyendo inteligencia artificial, inteligencia extendida, arte sonoro y ahora nos estamos introduciendo en el mundo del crypto art. Es un campo de actuación ahora mismo tan nuevo que se necesitan términos muy amplios y genéricos para poder hacer de paraguas, por que a poco que especifiques te dejas fuera muchas cosas. Me pareció que la manera más correcta de hacerlo era hablando simplemente de “tecnología” y “nuevos medios”.
Parece que no hay límites en la alianza entre el arte y las nuevas tecnologías, siempre vamos a encontrarnos con algo que va un paso más allá. Sin embargo, arte y tecnología llevan yendo de la mano a lo largo de toda la historia. ¿La entrada de la Inteligencia Artificial supone una vuelta de tuerca más?
Las tecnologías son inherentes a la creación artística y la innovación y las nuevas tecnologías forman parte de la historia del arte desde los inicios. Desde siempre la tecnología ha transformado la manera de entender el medio. De hecho cuando se habla de inteligencia artificial un buen ejemplo comparativo es la fotografía. A Mario Klingemann, [uno de los artistas con quien trabajan en el ámbito de los nuevos medios y la inteligencia artificial desde Onkaos], le preguntan repetitivamente ese ‘¿cómo se hace?’, ‘¿cómo funciona la máquina?’. Me imagino a los fotógrafos en el siglo XIX teniendo que resolver las mismas dudas. Pero es que estamos hablando de una propuesta artística, cuando ves una obra no te pones a cuestionar cómo pone este esmalte o cómo usa el pincel el artista. La sociedad tardó casi cien años en tener esa consideración artística hacia la fotografía, no se daba valor a la mirada, se ponía sobre la máquina.
¿Supongo que es fruto de la curiosidad o el desconocimiento hacia lo nuevo?
La fascinación que nos produce la tecnología nos hace perder el foco de lo realmente relevante que al final es si esa obra te está planteando o haciendo sentir algo. Si lo que realmente ves de la propuesta artística te llega. Entiendo que es una curiosidad normal, pero hemos tenido que lidiar en múltiples ocasiones con asuntos de comunicación con los artistas con los que trabajamos en que se llegan a plantear cuestiones como “pero el verdadero valor lo tiene la máquina”.
¿Dónde defendéis que está el valor?
Somos de los que pensamos que el verdadero valor y foco debería estar en el artista. Tenemos una visión humanista en el entendimiento del arte, ponemos al hombre en el centro. Como dice Klingemann, el código o el algoritmo es su pincel, el “pinta” a través de códigos y utiliza tecnología por que estamos en el siglo XXI, así de sencillo. La tecnología no debería verse como más que una herramienta al servicio del artista y el verdadero valor es el uso que hace el artista de la herramienta. Somos muy cuidadosos de contar con el artista en ese proceso explicativo de la obra más que hablar del mecanismo de la inteligencia artificial, por ejemplo.
A mediados del año 2019 se subastó por primera vez en Sotheby’s la pieza artística que utiliza inteligencia artificial “Memories of Passerby I” de Mario Klingemann y marcaría un antes y un después en el mundo del arte.
Me gusta pensar que hemos formado parte de la historia del arte. Es un hito que probablemente con el paso del tiempo cobrará todavía más importancia. Pensar lo que va a pasar en los siguientes años gracias al uso de la inteligencia artificial no ha hecho más que empezar. Era la primera vez que se subastaba una pieza autónoma, la primera vez que se subastaba una inteligencia artificial “viva” que estaba generando arte en tiempo real.
¿Cuál fue el rol de la Colección SOLO y de Onkaos para la llegada de esta pieza de Mario Klingemann hasta la casa de subastas Sotheby’s?
Para dar un poco de perspectiva, antes de trabajar con Klingemann conocíamos su trabajo a través de su cuenta de Twitter. Le hicimos una invitación formal para que viniera a conocer la Colección y con su llegada se creó un clima muy bueno. Nos contaba que a penas tenía exposiciones por ese entonces y que en casa tenía una pieza que era la que realmente le gustaría ver en un espacio de arte. Era la máquina autónoma entrenada por él que hoy es “Memories of Passerby”. Nos gustó la idea de tener una máquina que en tiempo real esté creando arte de manera infinita sin que nunca se vaya a repetir ni copiar y tratamos de ver cuales eran las limitaciones que a él le impedía hacerlo. No solo era darle el dinero para comprar una tarjeta gráfica para ponerlo en marcha, si no participar a la hora de concebir la pieza en sí. Hubo un diálogo de propuestas muy interesantes con él y de aquí surge la idea de enmarcar las pantallas y añadir el mueble que viene con la máquina. Nuestro trabajo en Onkaos continúa con que esto luego pueda llegar a un museo y que participe de ese mundo del arte. Convertirla en algo museístico y atractivo. Tanto como para que el equipo de Sotheby´s Internacional decidiera subastarla.
¿Se trata de una pieza única?
En el mundo del new media es habitual que las piezas salgan en ediciones limitadas, consideradas únicas, y en el caso de esta en concreto se hicieron tres, con sus tres muebles e instalaciones completas. Una la compró la Colección SOLO, otra fue la que se subastó en Sotheby’s y la tercera se vendió a un coleccionista inglés. Hay una cuarta, la copia de artista o ‘artist proof’, que es la que se mueve en préstamos y museos. El año pasado cerramos hasta dieciocho exposiciones con él y te hablo del nivel del Hermitage en San Petersburgo, el Pompidou en París… Un currículum del primer nivel que ha catapultado a Mario a participar en un circuito de museos y propuestas que cada vez van creciendo más.
¿Qué nuevos retos supone la creación de piezas artísticas digitales cuando hablamos de la certificación de la obra y el mantenimiento de su autoría?
Es verdad que en el caso digital hay una apariencia de mayor facilidad de copia, pero no tiene por qué ser así. De hecho una vez más son las tecnologías las que están ayudando a que pueda haber mayores garantías. Creo que a nivel instituciones, ferias, coleccionismo… las prácticas son súper cuidadosas y no conozco casos donde la gente abuse o manipule ese tipo de cosas. Sería impensable que un museo tuviera una copia ilegal de un video de Bill Viola por ejemplo, de la misma manera que no nos cuestionamos que las obras de arte clásico expuestas en el Museo del Prado no fueran originales. Cada vez aparecen más tecnologías de certificación como la que usamos nosotros, Blockchain, a través de la plataforma de Verisart. Es una tecnología en la nube que permite garantizar que es imposible de corromper o perder el rastro para autentificar una obra. Es la tecnología en la que se basan los bitcoins y la crypto-currency, es ‘in-hackeable’.
¿Qué es lo próximo que viene en el mundo del arte y nuevas tecnología?
Anticipo que lo que estamos viviendo en el mundo de la inteligencia artificial es solo el principio. En los últimos meses ha habido una revolución con el lenguaje, ya no es solo a nivel de imagen si no que ha aparecido un nuevo algoritmo, el GPT3, que ha revolucionado la capacidad de creación con el lenguaje. Con el algoritmo anterior, el GPT2, tenemos una nueva instalación de Mario Klingemann que ahora se puede ver en la Colección y que se llama “Aproppiate Response”. Ahora Mario está explorando esos nuevos territorios y se están creando nuevos proyectos que tienen que ver con la capacidad de las maquinas de generar contenido y emplear lenguaje.
¿En qué dirección mira ahora Onkaos?
Además de estos nuevos avances en inteligencia artificial, el crypto-art es algo que lleva años pasando, pero ahora empiezan a existir plataformas que por primera vez lo están monetizando. Nosotros estamos experimentando en una plataforma llamada Superrare donde hemos puesto cuatro piezas de Mario a la venta y las cuatro se han vendido en una semana. Lo novedoso y singular que ahora empieza a tener atractivo es que al tipo de cambio de hoy en una semana puede subir o bajar.
También nos estamos introduciendo en el mundo del ‘sound-art’. Acabamos de lanzar los premios ‘Pow SOLO’ con un primer puesto de 10.000€ junto con el colectivo holandés Powland Network Powcademy dedicado a la promoción del arte sonoro. El ganador fue el artista español Enrique del Castillo.
Además con artistas como Smack estamos ahora trabajando en cosas nuevas relacionadas con el arte generativo [arte creado a partir del uso de sistemas autónomos]. Ellos trabajaban en CGI, imágenes generadas por ordenador, y aunque el arte generativo no es novedoso, es muy interesante ver cómo esas tecnologías que vienen del mundo de los videojuegos como Unity se integren en el arte para contar otro tipo de narrativas y de lenguaje heredados del comportamiento de los videojuegos. Crypto art, arte sonoro, inteligencia artificial… cada uno es un mundo aparte, pero el interés por las nuevas narrativas está muy ligado a la historia de la Colección SOLO, que al fin y al cabo quiere contar la historia de nuestro tiempo, del arte contemporáneo.