El arte de comer: Food Obsession

23.11.2022

Gärna Art Gallery y Urvanity Projects presenta Food Obsession. Una exposición colectiva que nos acerca a una nueva generación de artistas internacionales que cocinan una nueva figuración y nos ponen la mesa para hablar del exceso, el desperdicio, el simbolismo, las marcas o la carencia.

 

La muestra se inaugura el 23 de noviembre y estará hasta el 9 de enero.

 

Sergio Sancho y Sara Coriat, de Urvanity Projects, se meten en la cocina y nos ofrecen una exposición, ejerciendo de comisarios, que tiene como protagonista el sustento o el acto de comer. Son una docena de artistas internacionales hablando de un tema que siempre ha estado, de una u otra manera, en la historia del arte. En cada década, en cada siglo, estas representaciones han sido reflejo de la sociedad que retrataban. Desde las latas de sopa de Andy Warhol y la era de consumismo de masas, pasando por las naturalezas muertas flamencas del siglo XVII y los sentimientos morales que hay detrás de los mosaicos y frescos romanos que nos hablan de una élite que se divierte.

 

 

“No todos sabemos cultivar, hacer la compra o cocinar, pero  todos tenemos que comer: debemos ser expertos en alimentarnos. Sin embargo, nuestro entorno está evolucionando más de prisa que nuestros cuerpos: la mayoría de nosotros lleva  una vida sedentaria en edificios recalentados, pero nuestro apetito parece dispuesto a aceptar cualquier ritmo que nos imponga la industria alimentaria, tal y como dice Carolyn Steel en Ciudades hambrientas”, afirma Sancho. Y Coriat explica, “nuestro antiguo instinto de supervivencia sigue intacto en  nuestro cerebro y nos insta a seguir comiendo todo aquello  que se nos ponga delante, tengamos hambre o no”. 

 

Los comisarios se preguntan: ¿existe una relación entre cómo  consumimos alimentos y cómo consumimos arte hoy en día?  ¿Entre la voracidad del mercado del arte y el cómo nos alimentamos? La respuesta la encontramos en Food Obsession.  Pero más allá de la harina que hila la salsa, la muestra presenta  también una nueva generación de artistas que apuestan por una nueva figuración que está conquistando los mercados  internacionales del arte. Llegan desde Viena, Bruselas, Los Ángeles, Lisboa o Buenos Aires.

 

Del supermercado al after pasando por la mesa 

 

 

Este banquete visual tiene dos pasos. Antes de enredarnos con recetas o cacerolas, la primera parada es para abastecernos. Supermercado mágico de Brillo y Fantasía. Superalimentos para el Alma. es una instalación de los artistas Sergio Mora y Lusesita. Es la recreación de un establecimiento de barrio donde los productos son pequeñas obras de artes –seriadas y firmadas– listas para llevar. “La idea es jugar con el contexto para cuestionar nuestra percepción, desdibujando los límites entre lo que se considera arte y lo que se consideran productos comerciales”, afirman los comisarios. 

 

 

Una vez llenado el carro, empieza el ágape visual. En la segunda parte encontramos la glotonería e insaciabilidad en la obra de Ana Barriga; la interpretación de Hannah Epstein del cuento de Ricitos de Oro a través de la codicia  y los hábitos de consumo occidentales, presentando a la protagonista como la última colonizadora blanca que consume los recursos de otros sin preocupación alguna; el sedentarismo digital, desperdicio y el análisis antropológico del presente en la obra de Nicolás Romero; los festines en cerámica de Culitomatón (Laura Lagraña) y Lusesita; la ordinariez del consumismo y la informalidad de las marcas que nos rodean con Ricardo Passaporte; la ironía, el humor y el acercamiento a ‘la buena vida’ en el trabajo de Bieke Buckinx; el homenaje a los alimentos llegados de Latinoamérica en las icónicas mujeres  de Fátima de Juan; el mundo onírico y a veces cercano al absurdo de Reihaneh Hosseini y la radiografía con toques surrealistas de la sobremesa Francesc Roselló.