Juan Díaz-Faes (Oviedo, 1982) es buen rollo por todos sus costados. Entre el surf, la jardinería, el cocinar (o el comer…) y las manualidades de carpintería pasa sus ratos en Cantabria, rodeado de mar y montaña, y creando con plena libertad, controlando sus ritmos pero sobre todo sin parar. Porque si para, se aburre. Su obra, con figuras divertidas y de aspecto primitivo casi siempre en negro, las verás sobre maderas, en esculturas de cerámica, sobre locales abandonados, tablas de surf, de skate o incluso hechas joya. Ahora acaba de aterrizar en Madrid para presentar en el espacio Monbull Corner (Calle Almadén, 19) su último trabajo de la mano de la Colección SOLO y de una manera muy original: hasta el día del opening, que será este próximo el lunes 7 de diciembre, el artista estará creando obra en el propio espacio y a puertas abiertas. Pásate a verlo en acción, y no tardes demasiado, la exposición estará solo hasta el 10 de diciembre.
Tu primera memoria pintando… Mi memoria es muy mala así que podría decirte que esta misma semana… Sí que recuerdo la primera vez que pinté una pared: fue con una brocha muy pequeña y dos colores en una fábrica abandonada (Casera la Atómica) en el 2001 aproximadamente.
Lo último que pintaste en la calle… Ayer mismo.
¿Con quién? Con el amigo Yes en Madrid.
Pintar en la calle o el trabajo de estudio… Cada cosa en su momento. A veces apetece más calle por toda la adrenalina que generas, porque compartes con amigos, porque no tienes el control total de lo que va a salir… Y otras apetece más estudio: cafetín, calzoncillos, música, calorcito… y la posibilidad de trabajar con más calma, o en varios proyectos a la vez.
Tu color fetiche… El rojo. Que no… el negro, obvio.
Tu rutina de trabajo… Me gusta intentar terminar todo lo que empiezo en el mismo día. Si creo que me llevará mucho tiempo, empiezo pronto por la mañana para llegar. Pero no tengo una rutina de horarios, normalmente intento trabajar cuando tengo más ganas y por suerte, eso es casi siempre y a todas horas.
Con quién te gustaría hacer una colaboración… Con Cecilia Giménez, la restauradora del Ecce Homo.
Un artista al que admires… De los clásicos, uno que no me cansó nunca todavía fue Matisse. Escher es otro de los que a día de hoy sigo descubriendo. Me flipan muchos como para decir sólo un nombre…
Un artista menos conocido al que recomendar… No es precisamente poco conocido, pero sí le veo una gran proyección y creo (y espero) que lo pete muy fuerte, es Ampparito. Todo su trabajo me parece muy interesante, y tuve la suerte de tomar unas birras con él estos días.
Un estilo pictórico… Me vuelven loco las pinturas de la antigua Grecia y toda la gráfica Maya o Azteca.
El trabajo con el que más has disfrutado… Coincide que son 2 trabajos de murales. El primero, el muro del interior del espacio de la Colección SOLO en Madrid porque fue la primera vez que me tomé un muro como una pieza seria, pensado y realizado con calma y creo que se nota. El otro que disfruté mucho, fue una fachada en Reinosa, mi primera pieza tan grande. Por el tamaño, que siempre impone y hace ilusión, y porque la pinté con la ayuda de un par de amigos, y fueron varios de risas continuas. Pintar con amigos es lo mejor.
Y con el que más orgulloso te sientes… El muro de Colección SOLO. Todavía me choca y me saca una sonrisa, ver ese pedazo de muro alrededor de tantas piezas de artistas que admiro y respeto mogollón. Además, creo que desde ese momento, empecé a profesionalizar más todo lo que hacía.
Un punto de inflexión en tu carrera… Siempre trabajé como ilustrador, con encargos que me entraban en prensa o publi… Un día, me encargaron hacer una entrevista dibujada en la revista Yorokobu. La primera que hicimos, fue a David Cantolla. Yo no le conocía, pero desde ese día nos hicimos muy amigos, y años después, fue él quien me animó y me ayudó a investigar más en la parte artística y de proyectos personales. Desde hace dos o tres años, tomé la decisión de concentrar el esfuerzo en este campo. Sin duda ese fue un punto muy importante para mi.
¿Tu maestro? Creo que más que buenos maestros que te enseñan cosas, creo que es importante ser buenos estudiantes y aprender cosas de quien sea.
Cómo describirías tu trabajo en tres palabras… Alegre, sintético o contundente.
¿Y tu personalidad? Coincide con el trabajo. Gozoso a todo lo que doy, sintético porque soy muy sencillo (comer, risas y ya) y contundente porque soy asturiano.
Una ciudad para pintar… Sin duda un pueblo que esté al lado del mar. Desde que dejé Madrid y me fui al norte, empecé a pintar mucho más y también creo que mejoró mucho mi trabajo. Soy gran defensor del “arte rural”.
Un lugar especial para ti… La playa de Langre (Cantabria). Voy mucho por ahí a dar paseos, surfear o sacar al perrín.
¿Eres de animales o personas? De las dos. Las personas para hablar, comentarla, tomar birras, echar risas. Y los animales para estar más contigo mismo. Los paseos con el perro son buenísimos para reflexionar un poco, buscar ideas nuevas o simplemente estar callado un buen rato, ¡cosa que me cuesta!.
¿Qué animal te representa? El perro de aguas.
El último libro que has leído… Acabo de terminar “Paradojas que te hacen pensar”, de Martin Gardner. No es lo que suelo leer, pero este último mes estoy bastante interesado en las paradojas matemáticas.
La última película que has visto… «Pink Flamingos», que la tenía en el ordenador, y me la vi en el tren viniendo a Madrid.
¿Una serie? «La que se avecina» reconozco que me funciona de maravilla como placebo para dormirme por las noches.
¿Qué música que te inspira? Últimamente me pongo mucho un disco de Alan Lomax en Asturias. Un etnomusicólogo que grabó cánticos tradicionales de muchas provincias de España cantados por las propias señoras o señores de los pueblinos. La que más pongo es la de Asturias jeje…
Un museo o espacio de arte… Para no ser pesado con el espacio SOLO, diré otro. Tengo muchas ganas de visitar el MIMA museum en Bélgica, o la Superchief Gallery en EEUU. Me parece que son dos lugares donde pasan cosas de una calidad creativa inmensa.
Una pieza de arte que te haya marcado… Una vez más, Matisse, ya te dije que soy sencillo… “Desnudo azul” o “La raya verde” me flipan.
Un muro… Me sorprendió mucho uno de Ampparito. Creo que se llama «About losing for sharing». Es una casa que le pintó un tramado de líneas blancas y negras para que hiciese efecto moire al tirarle las fotos. Magia.
Una comida… Un cachopo nunca falla. Y si no, arroz con huevo y tomate, la comida de los campeones.
¿Cuáles son tus miedos? No soy muy miedoso, pero no porque sea valiente, si no porque no suelo pensar mucho las cosas. Me va bien así, porque de esta manera hago cosas que a lo mejor me cagaría si lo pienso.
¿Eres maniático? Mucho: sólo como galletas pares, tengo un tenedor específico para comer, odio las pegatinas pequeñas (como las de la fruta), me siento siempre en los mismos sitios en mi casa o en la de los colegas, antes de ir a dormir, hago 1000 flexiones. Bueno, esta última es mentira… No hago ni una jaja.
¿Qué no soportas? El no hacer nada, el aburrimiento o los silencios. Mi moza me dice que tengo que aprender a estar parado y callado (soy un chapas). Pero no me sale.
¿Solo o acompañado? Cada cosa buena en su momento.
¿En qué pierdes el tiempo? En nada, o eso intento. Ya ves que era una de las cosas que no soportaba.
¿Una meta? Crilato.
Tu futuro ideal… Suena a flipado, pero dónde y cómo estoy ahora estoy de lujo caribeño, así que no me gustaría cambiarlo mucho…
¿Qué echas de menos? Me molaría volver a vivir los años de carrera, donde aprendíamos la hostia, teníamos mucho tiempo y material para utilizar en la universidad. No había grandes problemas en la cabeza, más allá de “espaguetis con bonito”, o “con carne”…
Tu próximo trabajo… Siempre tengo muchos frentes abiertos, por lo de no aburrirme y así. Estoy preparando una expo para el 2021 (si el Covid nos deja) y además un proyecto de arte y surf…
Un mantra… Siempre a tope. Siempre rises.