Studio Visit: Laurence Vallières

27.04.2020

La artista canadiense Laurence Vallières (Quebec, 1986), es conocida por sus figuras a gran escala hechas de cartón reciclado que encuentra en las calles de las ciudades allá donde viaja. Mediante gorilas, osos, elefantes o rinocerontes, explora las relaciones humanas, su comunicación y escarba en otros temas políticos tales como el consumismo a través de una línea de trabajo sostenible y de plena conciencia medioambiental.

Durante el pasado mes de febrero viajó a Madrid para participar en una residencia artística para el programa de INSTALACIONES en el espacio público junto a Swinton Gallery y comisariato por Urvanity Art, en la que durante dos semanas construyó un triceratops de hasta seis metros de largo siendo engullido por un sanguinario Mickey Mouse ubicado en el jardín de la sede de la feria, en el Colegio de Arquitectos de Madrid.

Laurence nos abre abre las puertas de su estudio en Montreal, Canadá, en una conversación en directo a través de Instagram para enseñarnos su proceso creativo, el trabajo que está desarrollando actualmente y algunas de las piezas ya terminadas. Puedes echarle un vistazo a la conversación completa haciendo click aquí.

«Mi estudio es básicamente un rectángulo blanco que he ido llenando de cosas. Tengo bastante espacio pero lo que no tengo son ventanas… Hay que saber escoger las batallas, ¿no? Era demasiado caro tener ventanas», dice riéndose. «Además, el tiempo en Montreal es por lo general frío y lluvioso, así que qué mas da. Pero me he construido en esta esquina un pequeño rincón de plantas con una bombilla artificial. Soy una loca de las plantas, es lo que más me gusta y tengo un montón. Entre ellas hay un pequeño baobab que me trajo mi hermano de Senegal», continúa. «Mi estudio está muy cerca de donde vivo, tardo unos 5-10 minutos en bici. Antes de mudarme lo tenía bastante lejos, en la parte trasera de una fábrica y era bastante sucio, hacía mucho frío en invierno, mucho calor en verano… ¿Pero sabes qué? Me lo dieron gratis así que ahí uno da las gracias y lo acepta», dice divertida.

«Normalmente me encontrarás trabajando en unos diez proyectos al mismo tiempo, así que en este estudio pasan muchas cosas. Ahora mismo estoy trabajando en este oso con su bebé. Es una buena representación de mi método de trabajo: primero hago las figuras en arcilla y luego las reproduzco en cartón pero mucho más grandes», continúa Laurence.

«Sin embargo cuando viajo se me hace un poco más complicado trabajar con arcilla, porque a veces no me da tiempo a hornearlas y quedan demasiado toscas. Así que lo que hago es llevarme estos juguetes que voy recopilando. ¡Son mis musas! Por ejemplo, cuando estuve en Madrid en febrero me llevé el triceratops que se ve en la foto. Una vez tienes las medidas puedes hacer cualquier cosa con ellos, ponerlos de pie, tumbados… La escala no cambia. Mi próxima escultura probablemente sea ese Pinocchio que se esconde en la foto. ¡Y tengo muchísimas ganas de hacer al Tío Gilito también! Son mis compis, todos ellos me inspiran».

«Últimamente estoy tratando de dibujar sobre las esculturas. Este pato Lucas es un buen ejemplo, pero tardo muchísimo, ¡es complicado! La superficie no es sencilla y además trato de ser todo lo limpia que puedo. Al final he terminado trabajando con pintura acrílica y rotuladores».

«Piolín entre todo ese cartón está prácticamente terminado, pero hay algo que no me convence en sus ojos aún estoy dándole vueltas. Le he hecho ojos de Twitter, ¡es más mono! Esa pieza irá a Hong Kong y estoy pensando en hacer un ‘toy’ con él. Comencé a utilizar personajes de dibujos animados en mis creaciones a partir de un viaje que hice a Corea del Sur en un show patrocinado por Carhartt. Me pidieron que hiciera un Mickey Mouse y realmente lo hice por que me pidieron ese favor, nunca se me habría ocurrido esa idea. Cuando estuve allí me di cuenta de que la cultura estaba tan americanizada… Seguían prototipos de belleza que nada tenía que ver con ellos y me llamó la atención. Así que cuando hice a Mickey utilicé marcas sobre él, le hice como una especie de máscara que le cegaba con marcas. Tenía un cartón que había traído en mi maleta desde Nueva York donde salía la bandera americana. Al final simplemente por inercia continué haciendo más de estos personajes y se ha convertido en una serie de trabajo. Tengo una serie de animales, otra de armas, donde también inserto marcas, y esta de dibujos animados».

«Este Mickey echo con hojas de pan de oro es una comisión y ya está vendido. No es la primera vez que trabajo con ello pero tardo demasiado. Pero es la mejor manera porque ni la pintura acrílica dorada ni el spray dorado quedan bien. Compré un montón de hojas online y es algo caro pero manejable. Es oro real pero no el más puro, es algo entre medias, ¡no soy un Damian Hirst!», bromea. «De hecho hay algo irónico que me encanta de poner oro sobre el cartón precisamente porque no tiene ningún sentido. Lo seguiré haciendo, me gusta y creo que funciona», dice y continúa. «Ahí tengo a Grendizer como le llaman en Japón o Mazinger-Z, es de unos dibujos animados de 1975. Traté de ver un episodio y era realmente insoportable de ver. ¡No paran de gritar! Esta pieza supuestamente tenía que irse a París para las ferias de arte que había en abril… Ya veremos, esperemos que antes o después vuelvan a abrirse», concluye.